¡Hola, amigos! Con la emoción de ayer y el trabajo se me olvidó publicar receta, ¡increíble! Olvidárseme a mí, ¡a mí! En fin… Para redimir el entuerto hoy os traigo esta estupenda receta que cogí de un libro que me prestó mi amiga Elodia (¡a ver si nos vemos, chica!).
Ingredientes:
- 125 gr. de harina.
- Media cucharadita de bicarbonato.
- Media cucharadita de jengibre molido.
- Un cuarto de cucharilla de canela molida.
- 2 huevos.
- 140 gr. de azúcar moreno.
- 125 gr. de mantequilla a temperatura ambiente.
- 50 gr. de sésamo.
- Un puñadito de arándanos deshidratados (invención de la casa).
Elaboración:
1. Precalentamos
el horno abajo ventilador a 180º. Forramos el fondo de un molde pequeño con
papel vegetal.
2. Batimos
con las varillas eléctricas los huevos y el azúcar moreno hasta que espumen.
3. Añadimos
la mantequilla a temperatura ambiente y seguimos batiendo.
4. Mezclamos
en un bol la harina, el bicarbonato y las especias. Lo colamos y lo añadimos a
la mezcla de huevos. También ponemos las semillas de sésamo.
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5. Mezclamos
con la pala de silicona y por último añadimos los arándanos secos. Podéis no
ponérselos, creo que quedaría más suave, yo a la próxima no le pongo nada.
6. Vertemos
en el molde. Espolvoreamos un poco de sésamo por encima, queda muy bien.
7. Horneamos
en la segunda altura del horno empezando por abajo durante 20 minutos
aproximadamente. Sacamos y dejamos enfriar.
Rico, ¿eh? El bizcochito es de lo más blandito y el sabor
curioso, muy bueno. Se parte muy bien y no desmiga nada.
Eso es todo, chicos, ¡nos vemos en la cocina!